Mar Adentro
Suboficial Principal Operaciones Generales Andrea Fabiana Mobili

“Desde siempre dije ‘voy a entrar a la Armada’”

Nacida en Caseros, partido bonaerense de Tres de Febrero, ama navegar. En los distintos cargos que ocupó en la Armada Argentina pudo desarrollar esa pasión sirviendo a la Patria.


viernes 26, agosto 2016

Mar del Plata – La Suboficial Principal Andrea Mobili ejerce el cargo de Jefe de Operaciones de la División Patrullado Marítimo en la Base Naval Mar del Plata. “Es uno de los tantos desafíos de mi carrera. Uno le pone un 100% para poder cumplir con todas esas funciones que me vienen asignando en casi 30 años de Marina”, comenta.

La Suboficial Mobili es oriunda de Caseros y actualmente vive con su marido y sus tres hijos en Santa Clara del Mar, Mar Chiquita. Ingresó a la Armada en 1988 cuando terminó la secundaria en el Instituto Nuestra Señora del Carmen en Sáenz Peña. Hizo 1° grado en la Escuela Nº 2 y continuó en el Colegio Nuestra Señora de la Merced.

“Toda mi familia –abuela, tíos, primos, hermanos, sobrinos—sigue viviendo en Caseros. Recuerdo la plaza principal; fui muchos años al Club Fiat donde hacíamos deporte y a la colonia de vacaciones, porque mi papá trabajaba en esa empresa”, cuenta sobre su infancia. “Tengo muchos recuerdos del verano porque mis abuelos tenían una casa en una isla en Tigre; me crié con esa imagen del río y de los barcos, que tanto me apasionan.”.

Andrea reconoce la influencia de aquellos barcos que observaba frente al río cuando decidió ingresar a la Armada; pero también influyó ver el uniforme de los cadetes del Colegio Militar de la Nación que viajaban en el colectivo como el de los miembros de la Fuerza Aérea Argentina, ya que ambas instituciones se encuentran en Palomar, muy cerca de Caseros.

“Cuando ingresé a la Armada éramos muchas candidatas de Buenos Aires pero quedamos pocas seleccionadas. En el tren camino a Bahía Blanca, nos fuimos conociendo con chicas que venían de otras regiones. De Bahía tomamos el tren que, en ese entonces, existía a Punta Alta, cerca de la Base Naval Puerto Belgrano. Fue un año de instrucción duro al comienzo, pero le fuimos agarrando el amor a la Armada. Entramos en lo que en ese momento era la Escuela de Operaciones y egresamos con la jerarquía de cabo primero, un sistema no tradicional”, explica respecto de sus primeros tiempos en la Institución.

Su primer pase fue a la Central de Operaciones del Estado Mayor Conjunto del Ministerio de Defensa; al año siguiente la trasladaron al Servicio de Análisis Operativo, Armas y Guerra Electrónica (SIAG) en Puerto Belgrano; luego fue al Comando de Operaciones Navales que estaba en el Edificio Libertad y de ahí, a la Escuela de Guerra Naval; ambos en la Ciudad de Buenos Aires.

Surcando el mar

“Mi bautismo de navegación fue en el barreminas ARA ‘Neuquén’ cuando era aspirante naval. En el ‘90 navegué en el ‘Irízar’ en comisión donde hicimos pruebas de máquinas 20 días a la altura de Brasil. La intención de maniobra era probar las aletas estabilizadoras así que se buscaban temporales y nos movimos bastante”, recuerda. “Entre el ‘90 y el ‘97 navegué mucho en los veleros ‘Fortuna I y II’ porque soy piloto de yate”, agrega.

De 1997 a 1999 formó parte del Estado Mayor del Comando de la Flota de Mar al frente del que se encontraba el Almirante Diego Leivas. Fue entonces el momento de embarcar, en todos los destructores Meko 360 y cumplir su sueño; “ya era Cabo Principal, había estudiado para eso y era feliz”.

Estando en el SIAG, nació su primer hijo Sebastián y le tocó pase al sur donde por 5 años fue la encargada de la Central de Operaciones de Ushuaia, Tierra del Fuego. Allí participó del armado del velero “Irene”, perteneciente al Área Naval Austral y fue designada como su contramaestre. En esos años nacieron sus dos nenas, Alma y Maite, y siguió navegando en cuanto podía en las lanchas patrulleras de la Armada que hacían el recambio en los puestos de vigilancia marítima.

Además de su pasión por navegar, Andrea tiene varios hobbies: cabalga sus caballos – Cambá y Mamucha-, tiene un kayak, y correr maratones por ahora de 10K.

“Jamás dudé de la vocación inicial. Desde siempre dije ‘voy a entrar en la Armada’. Hace poco recibí un mensaje de la rectora de Nuestra Señora del Carmen -quien era mi preceptora cuando yo estudiaba ahí- fue una emoción enorme porque me dijo: ‘Andrea, lograste lo que querías’”.

Las mujeres comienzan a ser parte de la tripulación de a bordo como personal operativo en las unidades de superficie a partir del 2007, y de pase al destructor ARA “Almirante Brown”, la Suboficial Mobili integró la primera dotación femenina del buque junto a tres suboficiales más.

Su marido, el Suboficial Segundo Antonio Ceballos, está destinado en el Arsenal Naval Mar del Plata y la ayuda mucho en las tareas cotidianas del hogar y las actividades de los chicos. También, ya faltándole sus padres, fue su abuela Coca quien la acompañó mucho.

Más tarde llegó Mar del Plata a su vida, primero en la Central de Operaciones y luego en la corbeta ARA “Granville”. El 2013 la Armada le brindó un nuevo desafío: ser suboficial de unidad de otra corbeta A-69, la “Guerrico”.

“Fui la primera mujer en asumir ese cargo. El barco fue impecable, el comando también y la gente se adaptó rápidamente. Haber sido la suboficial de unidad fue un orgullo inmenso”, reflexiona Andrea, quien destaca que el trabajo en equipo es el secreto para que un buque funcione como una unidad de combate. “La ‘Guerrico’ tiene una historia profunda en la Armada, participó en la batalla de Grytviken y tiene a todos sus veteranos; es muy fuerte el vínculo que se crea con ellos y eso hace que uno se conecte más con la historia naval”, agrega.

En el pasado desfile del Bicentenario de la Independencia Argentina realizado en Mar del Plata, fue la encargada de la Agrupación 9 de Julio, encabezándola junto con el Capitán de Corbeta Pablo Isla. “Fue emocionante el apoyo y el cariño que se recibió de la gente. En este desfile encabecé el grupo y ver a mis hijos allí, fue una emoción muy grande. Salir a la comunidad y recibir ese apoyo, da la sensación de que uno está haciendo las cosas bien y es muy grato.”

En su puesto actual, como Jefe de Operaciones, está al tanto del movimiento de unidades en la zona y atenta al adiestramiento del personal. Y continúa con su pasión de navegar: el año pasado participó como miembro de Operaciones del aviso ARA “Alférez Sobral” durante el ejercicio UNIDEF en los ríos, que la llevó hasta Santa Fe.

“Cuando puedo salgo del escritorio porque mi pasión es el barco. Tengo muchos recuerdos gratos en la Armada; las navegaciones, todas. Desde el día que me subí a ese tren a Bahía Blanca hasta el día de hoy, es todo un gran relato para contarle a mis hijos y a los nietos”, sonríe.

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